Si un calificativo hace justicia a Omara Portuondo es el de diva, no importan los retos que se plantee, siempre es capaz de superarlos, y su extensa y aplaudida obra son la mejor prueba.
La Portuondo no está ceñida a estereotipos, puede arrancar aplausos en los más exigentes auditorios del mundo, pero también compartir la magia de su voz con sus más sencillos seguidores, haciendo de cada momento algo único, memorable y emotivo.
«Escuchándola comprobamos que no por gusto el público la bautizó como lo que ella es: una diva de este tiempo, su tiempo, porque Omara es Cuba», fueron las palabras de Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, para referirse a la valía artística de Omara Portuondo Peláez.
Bailarina del cabaret Tropicana, el grupo Loquibambia Swing, el cuarteto de Orlando de la Rosa, la Orquesta Anacaona, las D´Aida; más de medio siglo como solista-vocalista y el Buena Vista Social Club, son caminos recorridos en ese incansable andar por los escenarios nacionales y extranjeros.
Recordemos que Magia negra, idea original del compositor y pianista Julio Gutiérrez, colocó a Omara en el cenit del mundo del disco. Y cumplimentó su antojo de mostrar la versatilidad de su arte. Entró, pues, por la puerta grande.
Desde entonces hemos admirado a esa Omara lozana y atrevida, capaz de arriesgarse a emular con timbres sonoros diversos y complejos en los que ella ha sabido desplegar su inmenso talento musical.
Para Miguel Barnet, Omara es irrepetible y sus dones añejados por una larga carrera son el atributo que la distingue entre muchas cantantes que incursionaron en un repertorio de géneros tan variados como la canción romántica, el bolero, el son y la canción de cuna, por mencionar los más representativos.
«Su ductilidad expresiva, su dicción, su absoluto sentido del ritmo, así como su gracia criolla, y su dramatismo se engarzan en un perfecto arpegio de perfección. Con un instrumento vocal de cualidades singulares, agudos sorpresivos y tarareos inigualables, Omara hace gala de una limpieza y un brillo propios», acotó el prominente investigador cubano.
Una exquisita personalidad para interpretar el son cubano, el bolero o la canción romántica y la cubanía a flor de piel, son sesgos de ese quehacer, que llega ahora a una nueva estación con su disco Omara siempre, fonograma de duetos que figuró en la nominación al premio Grammy Latino 2018 en la categoría Mejor Álbum Tropical Tradicional.
Al decir de la crítica, Omara siempre es un paseo por la sonoridad musical de Cuba e incluye 11 temas de la autoría de compositores cubanos y también foráneos. Entre los títulos del álbum aparecen: «Y tal vez», de Juan Formell; «Son al son», de César Portillo de la Luz; «Sábanas blancas», de Gerardo Alfonso; «Otra realidad», de Diana Fuentes, y «Yo vengo a ofrecer mi corazón», del argentino Fito Páez.
Entre las voces invitadas al disco figuran la consagrada intérprete Beatriz Márquez, así como la ganadora de la segunda edición de Sonando en Cuba, Yulaisy Miranda. Sobre la colaboración con Beatriz en el tema «Tristeza», afirmó Omara: «Ella es mi amiga, la respeto y quiero muchísimo. Hizo una canción hermosa y poder acompañarla me satisfizo mucho».
En este nuevo rumbo de su carrera artística, Omara mantiene su fidelidad a la música cubana, porque es la música que quiere cantar. Y mantiene en alto su bandera: «yo represento a la cultura de mi país».
Próxima a sus 90 años y con un restaurante en su propia casa, esta diva cubana dice que adora comer ropa vieja con platanitos maduros fritos, pero no fuma ni toma alcohol. Esa es la forma de mantenerse «sana, sabrosa y cubana», asegura.
Omara Portuondo, galardonada con el Premio Nacional de Música de Cuba en 2006, fue merecedora de un Latin Grammy al Mejor Álbum Tropical Contemporáneo en 2009 por su CD Gracias.
