El caracol gigante africano no solo entró a La Habana en 2014, sino que se está reproduciendo rápidamente y poblando el centro y oriente del país, en medio de acciones urgentes por partes de las autoridades para erradicar un molusco considerado como una de las especies invasoras más dañinas del mundo.
Esta temida especie es portadora de parásitos que pueden causar enfermedades como la meningoencefalitis y la angiostrongyliasis abdominal.
Su concha que puede llegar a medir hasta 20 centímetros de longitud y unos diez centímetros de ancho. Se alimentan de hojas de plantas y residuos orgánicos del hogar. También comen animales muertos, incluyendo a los de su especie.
S.O.S. caracol Gigante Africano
La fauna malacológica de Cuba es considerada una de las más diversas del mundo con un endemismo que alcanza el 95 por ciento en sus representantes terrestres. Esta característica, que llevó al famoso malacólogo Henry Pilsbry a declarar a Cuba como el Paraíso de los Malacólogos podría encontrarse amenazada por la introducción del caracol gigante africano.
Esta especie es nativa del continente africano pero se ha introducido en casi todo el planeta debido a dos causas fundamentales: (1) introducción antrópica, por sus usos religiosos y terapéuticos (baba de caracol), así como por medio del comercio de plantas, o simplemente como mascota; y (2) introducción natural debido a la alta plasticidad fenotípica, una estrategia de reproducción (alta fecundidad y fertilidad, puede poner entre 50-300 huevos seis veces en el año) y elevada esperanza de vida (hasta nueve años).
Todas estas características ecológicas la convierten en una especie altamente competitiva capaz de auto soportar sus poblaciones y desplazar a especies nativas producto de la competencia por explotación e interferencia sobre los recursos (alimento, espacio). Debido a ello puede ser considerada una especie invasiva que podría traer consecuencias desagradables sobre la fauna y flora autóctona de Cuba.
El origen de L. fulica es el este de África y su introducción en el Océano Indico y sudeste asiático empezó desde mediados del siglo XIX y principios del XX. En el Océano Pacífico su introducción parece estar relacionada con la actividad japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y se introduce en Hawaii en 1936. En América del Sur y las Antillas aparece a partir de 1980 mientras que en los Estados Unidos se informa en La Florida por primera vez en 1966. Su introducción en América es asociada fundamentalmente al comercio de plantas y alimentos, en donde puede viajar sin ser descubierta, aunque parece también estar debida a su posible uso en actividades religiosas de origen africano.
Y llegó a Cuba
El caracol gigante africano llegó a Cuba a través de un turista nigeriano que introdujo los primeros ejemplares a la isla con el fin de ser usado en rituales religiosos.
A mediados de 2014 un agricultor en Arroyo Naranjo, en La Habana, avisó a las autoridades de la presencia de muchos ejemplares en sus cultivos. Desde entonces existen reportes de su presencia en las provincias de La Habana, Artemisa, Mayabeque y Villa Clara. Y ahora las alarmas llegan también de Granma, Holguín y Las Tunas.
El caracol africano es considerado el principal vector en el mundo de Angiostrongylus cantonensis, nemátodo causante de Meningoencefalitis Eosinofílica en humanos. Este parásito, que existe en Cuba hace varias décadas y que es transmitido por la mayoría de las especies de moluscos terrestres autóctonos cubanos, pudiera incrementar su frecuencia de transmisión en humanos debido a una mayor compatibilidad con la nueva especie introducida.
- Cantonensis es un nemátodo parásito de roedores en su estado adulto, pero que utiliza a los moluscos como hospederos intermediarios. El humano se infecta de forma accidental al ponerse en contacto con larvas provenientes de los moluscos.
Ello puede causar una meningoencefalitis que pudiera ser fatal si no se atiende a tiempo. El problema con el caracol africano es que, al ser más grande, puede albergar una mayor cantidad de larvas.
Los cuidados con el caracol africano son los mismos que con cualquier otra especie de molusco: evitar tocarlo o jugar con él, y en todo caso, lavarse las manos con jabón después, y no pasa nada.
Lo mismo sucede con las frutas, lavarlas antes de comerlas, puesto que esta especie es generalista de hábitat y puede caminar por cualquier parte, incluso dentro de las viviendas.
Características a tener en cuenta
El caracol gigante africano se le ha observado alimentándose de numerosas especies hortícolas, ornamentales y de la vegetación natural, de excrementos de animales domésticos, hojarascas del suelo, restos orgánicos domiciliarios y hasta de animales muertos, tanto de especies nativas como de su propia especie.
Son de hábitos nocturnos, ya que se los encuentra con mayor actividad biológica durante la tarde, noche y en las primeras horas de la mañana, siempre que las condiciones climáticas se lo permitan.
El caracol gigante africano es más abundante en áreas no naturales como jardines y patios, aunque pueden presentarse en una amplia diversidad de ambientes como áreas boscosas naturales e implantadas, áreas agrícolas, urbanas y periurbanas; utiliza diferentes sustratos como refugios. Se le observa en paredes, árboles, arbustos, en el suelo y el interior de viviendas.
Son capaces de moverse hasta 1 500 cm en una sola noche para alimentarse. Estimados de países donde está presente informan que pueden llegar a trasladarse hasta 125 metros en un mes.
Se orienta que se utilicen guantes para manipularlo y se avise a las autoridades de Salud Pública o Sanidad Vegetal, también aplicarle cal y sal antes de quemarlo o enterrarlo.